Inocencia
Podrán llamarme infantil, o inocente, pero el día de hoy, creí que recibiría una llamada de ella.
¿Por que?
Quizás es que creo que aún piensa en mi.
Es algo que no puedo explicar. Como sí aún hoy, a pesar de mi y lo que hice, aún me quisiera. De hecho toda la semana fue lo mismo. El teléfono del trabajo suena sin fallar, de martes a viernes a la una de la tarde. Nadie responde. Me dicen que podría ser alguien que busca a mi jefe. Yo creo que es ella y lo hace porque quiere escucharme.
Se me olvida que ella ya me olvido. Olvido olvidar que quién olvida más pronto, es quién buen olvidador será.
De golpe me asaltan esos violentos accesos de verdad y mejor trato yo, por mi lado, hacer a un lado el hecho de que no puedo pasar de ella. (Debí decir "olvidar", pero ya es demasiado)
Casi podría afirmar que lo último que ella quisiera es verme. Que su vida cada día va mejor sin mi. No puede detener todo eso para pensar en mi.
Se, que ahora con las comparaciones sabe que por mucho, no soy lo que ella quiere. Lo se, porque a muy pesar mío, no soy ni tonto, ni inocente. Es por decirlo rápido, obvio.
Quién la extraña soy yo.
Quién está como loco escribiendo necedades, soy yo.
Quién espera lo imposible...
Sí adivinaron,soy yo.
Con todo eso encima, no me puedo sacar del corazón, que aún me quiere.
No recuerdo el verso exacto de Romeo y Julieta, pero habla de un puñal y una obsesión. No se que tanto sea verdad los argumentos de ese drama. Pero sí me preguntaran ahora mismo, preferiría el acero frío partir mi corazón, a arrancarla de mi. No olvido. Sólo trato de ocuparme en algo más.
Para ya no hablar de ella.
Para no tener tiempo para acercarme a su puerta.
Para no tener aliento, y dejar de lamentar su ausencia.
Debo dormir. Comer. Hacer.
No se sí pueda olvidar, y menos aún, no se sí pueda dejar de pensar, que en algún momento ella me necesitará.
¿Por que?
Quizás es que creo que aún piensa en mi.
Es algo que no puedo explicar. Como sí aún hoy, a pesar de mi y lo que hice, aún me quisiera. De hecho toda la semana fue lo mismo. El teléfono del trabajo suena sin fallar, de martes a viernes a la una de la tarde. Nadie responde. Me dicen que podría ser alguien que busca a mi jefe. Yo creo que es ella y lo hace porque quiere escucharme.
Se me olvida que ella ya me olvido. Olvido olvidar que quién olvida más pronto, es quién buen olvidador será.
De golpe me asaltan esos violentos accesos de verdad y mejor trato yo, por mi lado, hacer a un lado el hecho de que no puedo pasar de ella. (Debí decir "olvidar", pero ya es demasiado)
Casi podría afirmar que lo último que ella quisiera es verme. Que su vida cada día va mejor sin mi. No puede detener todo eso para pensar en mi.
Se, que ahora con las comparaciones sabe que por mucho, no soy lo que ella quiere. Lo se, porque a muy pesar mío, no soy ni tonto, ni inocente. Es por decirlo rápido, obvio.
Quién la extraña soy yo.
Quién está como loco escribiendo necedades, soy yo.
Quién espera lo imposible...
Sí adivinaron,soy yo.
Con todo eso encima, no me puedo sacar del corazón, que aún me quiere.
No recuerdo el verso exacto de Romeo y Julieta, pero habla de un puñal y una obsesión. No se que tanto sea verdad los argumentos de ese drama. Pero sí me preguntaran ahora mismo, preferiría el acero frío partir mi corazón, a arrancarla de mi. No olvido. Sólo trato de ocuparme en algo más.
Para ya no hablar de ella.
Para no tener tiempo para acercarme a su puerta.
Para no tener aliento, y dejar de lamentar su ausencia.
Debo dormir. Comer. Hacer.
No se sí pueda olvidar, y menos aún, no se sí pueda dejar de pensar, que en algún momento ella me necesitará.
¿Naive?
...