La niña
En el momento imposible de la espera y todo el mundo que se iba a la deriva. Bajo el calor sofocante de un país que nunca te daría reposo y que a mi jamás me aceptaría en su tierra. Ahí en la eternidad que se mueve de un río. Ame tus labios rojos, tus zapatos de baile y el terror a la noche. Tan joven cada día y tan antiguo el sabor de tus besos, aprendí a matarte primero con mis caricias que nunca llegaron a tu piel y muy al final con palabras que marcaron oscuras líneas grises en tus manos. Te di el nombre de mi inexperiencia y el alcohol me obligo a olvidarlo. Es así y mi vida se detuvo. Robe la tristeza de una página que no existía.