No puedo cerrar el día sin pensar en ti. Sin desear verte en era chica que va caminando del otro lado de la calle. Sin esperar que seas tú, quién llama a mi móvil tarde por la noche. Te espero con una paciencia que no me conocía.
Hoy se, que soy víctima de mis fantasías. Que no te volveré a ver. Que no llamarás nunca más.
Ya lo sabía. Pues en este tiempo, que no ha sido corto, no me necesitáste ni un sólo momento. No hubo un instante de locura que te hiciera romper ese voto de ausencia.
En medio de mi locura no detendré mis sentimientos por ti. Porque no puedo, y porque no se como hacerlo. Algo necesita morirse dentro de mi pecho para no esperar ya más nada.
Mañana serás lo primero al abrir los ojos. Lo último al ir a dormir. Como ha sido desde el día en que compartimos ese café malo, en ese pésimo restaurante. Como ha sido...
y será hasta que no me quedé sonido alguno en la boca, hasta que no quedé latido posible en mi corazón...
Hasta que no sepa más, cual es el día en que se selle mi fortuna, perdiendo por ausencia. Perdiendome.
Perdiendote.