No me es suficiente traer la pena propia, me he echado encima la que menos me correspondia...
A veces pienso que de no hacer sido lo su fue, mi vida sería mejor.
Pudiese ser, casi con toda seguridad es probable que así hubiese sido...
Pero la equivocación de uno, tuerce la vida de todos los que estábamos atados a ella por sangre. En la familia se da la cara a la desgracia, pero nunca se supera.
Acaso a este destino obedece tanta falacia terrible que da a pie con tierra con mis deseos.
No culpo a nadie, además los mal llamados errores de otra persona fueron los mejores días que un niño pudo desear.
Que extraño es el devenir del mundo, ahora todo a la distancia se me figura triste y sin sentido. En aquellos días, no conocí dicha más grande que la que por un par de meses se me permitió vivir.
Y al parecer así será siempre, la perfección de prestado y lo más efímera posible. Y yo, aferrado a esas mínimas gotas de felicidad que he tenido.
Me reconozco culpable de cobardía, pero a quién me juzgue, le reto a que viva todos los días de su vida, con la certeza del fin llenandole de hiel la boca, y tener el corazón de abrazar con locura 15 minutos o 15 meses de total arrobo.
Me es difícil ser feliz, por eso tengo tan buena memoria, sólo por eso...