Blueprint
...
deseé con tanta vehemencia besarte,
perder el aliento, la voz,
la imaginación, la existencia,
meter al tiempo en una caja de dulces
y arrojarlo lejos.
Ahí dónde acabará perdido en los pies de mil personas
que siempre han de ser mil
pues ese es el numero de -no me importa-
Me vi sin argumentos ante mis actos,
no podría justificarme sin torcer la boca por una risa
de satisfacción.
Egoísmo altruista.
Eso digo yo, pero puede no ser cierto.
Y es que hay tanto en este mundo
con reglas en los costados.
Tan fácil que sería
bajo ese árbol escasamente mas alto que ambos
acariciar tus miradas que han desistido
a lo inevitable
y tímidas se enredan en mis dedos,
Invocar al silencio
sorbiendo ese aliento tuyo
que al contrario de tu cuerpo
quiere escapar de mi.
Esta noche que no tiene que ver conmigo, me sorprende dibujando los planos de un beso que no llega, quizás por una anquilosada buena educación o por un correctamente fundado temor a no volverte a ver jamas, cómo si renunciando a ti, garantizará que estarás mucho tiempo conmigo. Disculparme por hacer lo obvio.
Sigo escribiendo,
...
debo desterrarte de este infierno de letras negras,
y espacios tan blancos como ese sol que quiere robarte por siempre de mí.
deseé con tanta vehemencia besarte,
perder el aliento, la voz,
la imaginación, la existencia,
meter al tiempo en una caja de dulces
y arrojarlo lejos.
Ahí dónde acabará perdido en los pies de mil personas
que siempre han de ser mil
pues ese es el numero de -no me importa-
Me vi sin argumentos ante mis actos,
no podría justificarme sin torcer la boca por una risa
de satisfacción.
Egoísmo altruista.
Eso digo yo, pero puede no ser cierto.
Y es que hay tanto en este mundo
con reglas en los costados.
Tan fácil que sería
bajo ese árbol escasamente mas alto que ambos
acariciar tus miradas que han desistido
a lo inevitable
y tímidas se enredan en mis dedos,
Invocar al silencio
sorbiendo ese aliento tuyo
que al contrario de tu cuerpo
quiere escapar de mi.
Esta noche que no tiene que ver conmigo, me sorprende dibujando los planos de un beso que no llega, quizás por una anquilosada buena educación o por un correctamente fundado temor a no volverte a ver jamas, cómo si renunciando a ti, garantizará que estarás mucho tiempo conmigo. Disculparme por hacer lo obvio.
Sigo escribiendo,
...
debo desterrarte de este infierno de letras negras,
y espacios tan blancos como ese sol que quiere robarte por siempre de mí.