Marina En Azul Oscuro y Rojo

Afuera se caen los minutos, empapados y tibios caen al suelo con sus alas llenas de esta lluvia de fin de invierno.

Es tan extraño que haga tanto calor. deberíamos estarnos muriendo de frió, pero la habitación resuma de un sopor tibio, propio de otra estación y de otro lugar menos inhóspito. Menos malo para mi asma, menos malo para mis libros. El rincón del olvido y mis ejemplares hinchados de descuido. Apestan a humedad y a moho. Se hinchan y revientan en palabras que ya leí, y no me interesan mas.
Ese es el discurso ahora, que no me interesan mas, y soy un hipócrita puesto lo que alguna vez adore no lo saco nunca de mi memoria.
Tantas veces te moleste por ese cabello tuyo. Corto hasta casi la inexistencia, y de un incierto color entre el frambuesa y el rosa. Amaba esa voz infantil que me mordía los dedos de la mano izquierda mientras te sometía a caricias violentas y frías con la derecha. Tu voz apagada en un llorar continuo. Varias veces me sentí culpable de obligarte a desnudarte ante mi. Tus ojos rojos y la mirada rota y extraviada que chocaba con los cristales (y los remiendos de cartón de las ventanas) Tu cuerpo tan pequeño y sin color. Lleno de cicatrices. Lleno de moretones. Vacio de calor.
No me interesa mas, escucharte, ni verte. Ame tu dolor, pero pronto me canso de ti. Que fueras mas vulgar y terrestre, te perdonaría todos tus pecados. Pero eres mas que yo y tu lo sabes. Tu destino es morir humillada en mis manos cuando vengas a pedirme un poco de agua.
No habría manera alguna de odiarte. No he logrado ser tan vil. Amo tus amores dolidos y martirizados. Tus brazos exánimes y delgados hasta lo improbable, menos funcionales que mi arrepentimiento. Son tan delgados que no tienen la fuerza de mantenerme lejos, menos aun, de arrancarme de ti.
Quisiera saber que es lo que sientes cuando te arrincono en el lado mas triste de mi cuarto. Cuando te quito los besos de la boca en el mas estricto ritual de violencia gratuita. Que pasara por tu mente cuando quieres hablar y mis manos se estrechan tanto que tus palabras llegan muertas a mis oídos.
Amo tus palabras en mal francés cuando respondes mis preguntas hechas en troll, amo que sepas quien es Camille Claudel y cual es el mejor tiempo para ver una lluvia de estrellas. Que sepas a que me refiero cuando te digo "no lo se de cierto, lo supongo" . Te amo las manos y las orejas pequeñitas. Amo tus labios delgados y tus ojos verdes. Amo que te niegues a verme como soy.
No me interesa mas.
¿A donde te llevo?
Entre tus piernas, penetrándote con una decisión poco frecuente en mi, asfixiándote con dientes y lengua. Matando un poco tu fe en el día, haciéndote desear que nunca mas amanezca y que todas las luces del mundo revienten, para no ver lo que has sido, ni quien soy yo.
No me interesa mas
