Sobriedad
Me esfuerzo por poner a mi depresión a buen resguardo. Días absurdos llenan facilmente los recovecos de lo que llamó vivir, tu no has pasado ni una sola vez a verme y yo tengo las piernas tan doloridas que no podría llegar nunca a tu casa.
Escúchame y prometo no hablar nunca mas de almas y metafísicas que nunca entenderas. Voy a decirlo una sola vez y este cuento se acaba por si mismo, se engullirá al morderse la cola. No preguntes pues solo diré lo que quiero sacar de aqui mismo, hoy no te escuchare. Solo pienso hablar.
- No hay manera en que yo pueda hacerte féliz.
- Nunca te sentirás conforme a mi lado.
- Ya no pienso hacer nada para remediarlo.
Deseas lo que ya no me interesa. Algo se quemó por dentro y ahora sólo tengo frio.
Me interesa no caer en muerto en la acera.
¿Acaso es eso tan malo?.
