ultima necat

Bajo un extraño fundamento esperaba tú llamada.
Los porques de algo así, no los tengo muy claros.
Ayer ocurrieron cosas extrañas que supongo no tienen nombre, al menos no en algún idioma que yo conozca.
Te menti y no fue premeditado. Sólo con abrir la boca y dejar que ese bicho corriera a su antojo. Supongo tú mentiste a su vez. No me sentí cómodo tocandote. Fue un abrazo educado y formal con un leve roce de mejillas. Aunque sentí que tú querías besarme. Yo sólo quería irme lejos.
Sí.
Lejos.
Había pensado tanto en ti que no pude entender que estabas ahí.
Espere tú llamada.
Con una impaciencia que hizo morderme los dientes. Quizás sería porque está ocasión era bien distinta a todas las demás. No era lo que dijeras o callaras.
Espere que llamarás.
Y me quedé con una expresión a medio camino entre tristeza y decepción de lunes a la 1 y 5 minutos de la tarde en un McDonalds (yo quería hotcakes)
La terrible situación de esperar lo que no va a ocurrir. Aunque tras un par de años aprendes a controlar la frustración inicial.
Oh Dear Blog!