Noche de lunes
Una sencilla lección.
Simple de tan corta, difícil de interpretar por criptica.
El día acaba en el horizonte. Nunca en el zenith, nunca en lo más brillante. Muere y se asfixia a lo lejos. Con vergüenza.
Con el orgullo manchado de la derrota.
En resumen.
Te extraño.
Porque no hay más días que vengan de lejos.
Porque las noches son motivo de embriaguez y olvido, no más celebración de lo divino.
Lo vulgar, lo manchado. Es ese mi hogar en la noche que vive dentro de ellas. En los abrazos húmedos, en sus labios fríos. En sus ojos de carbunclo ardiente y almas de brea.
Te extraño divina alma mía. Libertad alada, vapor de plata.
Te extraño Romina.
Simple de tan corta, difícil de interpretar por criptica.
El día acaba en el horizonte. Nunca en el zenith, nunca en lo más brillante. Muere y se asfixia a lo lejos. Con vergüenza.
Con el orgullo manchado de la derrota.
En resumen.
Te extraño.
Porque no hay más días que vengan de lejos.
Porque las noches son motivo de embriaguez y olvido, no más celebración de lo divino.
Lo vulgar, lo manchado. Es ese mi hogar en la noche que vive dentro de ellas. En los abrazos húmedos, en sus labios fríos. En sus ojos de carbunclo ardiente y almas de brea.
Te extraño divina alma mía. Libertad alada, vapor de plata.
Te extraño Romina.