1/3
Nadie podría saber jamás de este dolor.
Te levantas por la mañana y tratas de llevar la cabeza gacha para que los dioses no den cuenta de ti. Se olviden de ti.
Pero todo en vano.
El llanto viene a la menor provocación.
Si, estas vivo y eres hermosamente bello y sano.
Agresivamente inteligente y agudamente sagaz.
Pero nada esta bien.
Los ojos se te nublan y las lágrimas asaltan tus ojos.
¿Qué me pasa?
No entiendes nada.
Quisieras tomar al mundo en el increíblemente pequeño círculo de tus brazos pero no puedes.
No es posible.
Nadie puede entrar ahí.
No es como nombrarlo y darle existencia.
No es tan fácil.
Quisieras aullar y gritar que estas muriendo por dentro.
Pedro y el lobo y eres el maldito violín.
¿Que esperanza puedes tener?
Llevas 40 años haciéndolo y no lo haces.
Atisbos de luz en un mar de oscuridad. Nadie puede creer tus palabras aunque trates.
-Nadie podrá saber jamás de este dolor-
Las hermosas visiones de oscuros cabellos y negros ojos orbitan a centímetros del desastre pero sin verlo.
Huelen la leña quemada pero no adivinan el incendio.
Nadie puede entrar.
Y yo no puedo salir.
Soy el Rey con los ojos vendados a la vera de un arroyo y me dicen que es el mar.
La jornada del Rey.
Danka toma mi mano y yo ya no soy Marek.
Hermano cuervo.
Hermano negro.
¡¿Nadie podrá saber jamás de este dolor?!
¡Nadie!
Mi voz es mi reino y mis ojos mi caballo.
Mi jornada la risa de Dios.
Mi destino una broma.
Te levantas por la mañana y tratas de llevar la cabeza gacha para que los dioses no den cuenta de ti. Se olviden de ti.
Pero todo en vano.
El llanto viene a la menor provocación.
Si, estas vivo y eres hermosamente bello y sano.
Agresivamente inteligente y agudamente sagaz.
Pero nada esta bien.
Los ojos se te nublan y las lágrimas asaltan tus ojos.
¿Qué me pasa?
No entiendes nada.
Quisieras tomar al mundo en el increíblemente pequeño círculo de tus brazos pero no puedes.
No es posible.
Nadie puede entrar ahí.
No es como nombrarlo y darle existencia.
No es tan fácil.
Quisieras aullar y gritar que estas muriendo por dentro.
Pedro y el lobo y eres el maldito violín.
¿Que esperanza puedes tener?
Llevas 40 años haciéndolo y no lo haces.
Atisbos de luz en un mar de oscuridad. Nadie puede creer tus palabras aunque trates.
-Nadie podrá saber jamás de este dolor-
Las hermosas visiones de oscuros cabellos y negros ojos orbitan a centímetros del desastre pero sin verlo.
Huelen la leña quemada pero no adivinan el incendio.
Nadie puede entrar.
Y yo no puedo salir.
Soy el Rey con los ojos vendados a la vera de un arroyo y me dicen que es el mar.
La jornada del Rey.
Danka toma mi mano y yo ya no soy Marek.
Hermano cuervo.
Hermano negro.
¡¿Nadie podrá saber jamás de este dolor?!
¡Nadie!
Mi voz es mi reino y mis ojos mi caballo.
Mi jornada la risa de Dios.
Mi destino una broma.
